La semana pasada comenzó con un mensaje del equipo de soporte de mi universidad diciendo que tenía 72 horas para disminuir mi uso de espacio en la nube porque si no podría perderlo todo y borrarían mi cuenta.
Honestamente perder mi contenido académico fue lo último que me preocupo jaja, mi primer pensamiento fue “MIS FOTOOOOS” es lo que ocupa más del 50% de ese espacio, así que aproveché la tarde para hacer eso, y dios mío.
El tener el tiempo encima fue un factor muy importante para no estar tan presente y realizar la descarga de las fotos de manera automática y con un poco (mucho) de estrés, pero soy una persona que tiene todo en carpetas así que durante todo este proceso no pude evitar echar un vistazo a una que otra foto y pensar “qué feliz fui” “qué gran día” “quisiera regresar a ese momento” y varios pensamientos que seguro alguna vez te han llegado.
Pero también, en este ejercicio me encontré con fotos de personas con las que ya no tengo contacto y en algún momento fueron muy importantes en mi vida ¿qué se hace con esas fotos? ¿vale la pena conservar las fotos de alguien que ya no conocemos? aún no lo descubro y siguen ahí, cuéntame ¿tú que haces con ellas?
Y también me encontré con fotos que me hacían recordar el dolor que había en mi corazón en ciertos momentos, por ejemplo, un día que por la tarde estuve en un concierto tomándome una foto con uno de mis artistas favoritos, mientras que en la mañana había estado a la luz del sol en el panteón acompañando a mi mamá a despedir a mi abuelo.
La dualidad de la vida haciéndose presente todos los días.
Volviendo al correo electrónico, ese mismo día le conté a una amiga el ejercicio que estaba haciendo de revisar varias de mis fotos y me dijo “no me gusta tanto ver mis fotos de antes, porque mi mente me hace pensar que fui muy feliz en algún momento o que estaría mejor ahí, y no es cierto”.
Y con esto no quiere decir que en ese momento no fue feliz, pero hoy también lo es.
Y que una foto nos traiga de nuevo esa emoción de felicidad y nostalgia al recordar algún momento importante no significa que ya nunca seremos así de felices, creo que al contrario, ver esas imágenes es un recordatorio de que algún día fuiste muy feliz y siempre puedes volver a serlo.
Y ver las fotos de momentos tristes es un recordatorio de que se puede salir de esos lugares que se sienten nublados.
Este ejercicio que comenzó como una actividad necesaria para no perder mis fotos terminó (como muchas de las cosas que hago) en un momento de reflexión ¿qué fotos son importantes? ¿por qué me importa tanto tener la imagen de este momento exacto? ¿necesito tantos screenshots de frases motivacionales? ¿de verdad necesito 1000 fotos de atardeceres? y creo que solo tengo respuesta para la última pregunta y es un sí.
En fin, mi intención con esta carta no era llegar a un punto en concreto, solamente quería compartir contigo algunos de mis pensamientos al sentir que iba a perder todas mis fotos.
Y ya que andamos aquí también como invitación a que esas fotos y en general todos los recuerdos que guardas en alguna parte: ya sea en una cajita, en la nube, en un álbum o simplemente en tu cabeza, los visites de vez en cuando pero que sean un respiro y no una sensación de ahogo.
Que sepas que toda la felicidad que sentiste en esa foto donde tienes una sonrisa gigante sigue disponible para ti y que cada foto que guardas sea con una sensación de gratitud por lo que viviste.
Que el pasado sea para ti una guía de todo eso que algún día ha sido importante para ti, un museo para que recuerdes todo aquello que has vivido y te ha hecho seguir aquí, pero sobre todo, que el pasado sea algo que no nos pese tanto recordar.
Gracias por entrar a mi baúl.
Gracias por leer(me).
-Lau
Te regalo algunas fotos de atardeceres que encontré en este proceso con la frase que le da título a esta carta: